El líquido amniótico

Es un líquido protector, compuesto mayoritariamente por agua. En su producción intervienen la placenta (que aporta por filtrado) y el feto (que aporta la mayor parte, a través de la orina).

El volumen de líquido amniótico se puede medir ecográficamente a través de un cálculo sencillo que es realizado por el ecografista, quien informa el número establecido.

El índico normal varía entre 8 y 18 centímetros. Si es mayor, significa que hay un aumento de la producción o una disminución de la eliminación. Por el contrario, si es menor, se debe a que hay una disminución de la producción o un aumento de la pérdida.

Cuando hay poco líquido se debe buscar dónde está la causa: si existe una pérdida (una fisura de la bolsa que pasó inadvertida y que hace que el bebé ya no esté más aislado del medio externo y pueda infectarse). O una falta de producción, que es más grave (si el bebé recibe poca circulación porque la placenta no se la provee, va a producir poca cantidad de orina).

Por otro el otro lado, si existe más cantidad de líquido también se debe buscar la causa. En alrededor de la mitad de estos casos, no existe una causa establecida (y no repercute en el bebé). Pero en un 40 por ciento se debe a patologías en el bebé en formación, por lo que el ecografista tendrá que hacer un examen minucioso para ver si existe algún indicio que pueda ser relacionado con ese aumento.