Es una enfermedad viral que afecta básicamente a los lactantes que tienen entre 2 y 6 meses de edad, aunque también puede afectar a chicos de hasta 2 años.
Hay diferentes grados. De acuerdo a la sintomatología, la bronquiolitis puede ser leve, moderada o grave. En este último caso, puede llegar a ser fatal.
Es una enfermedad frecuente; sobre todo en la época invernal.
Hay algunas pautas de alarma que los padres y madres deben tener en cuenta. Las más importantes son: el rechazo al alimento, el aumento de la dificultad respiratoria una vez que ya se está realizando el tratamiento que indicó el médico, y los cambios de coloración de la piel. Frente a alguno de estos síntomas, se debe llevar al niño a la consulta en forma inmediata.
Hay pacientes que tienen más riesgo de tener bronquiolitis (y de tenerla en forma grave): los bebés prematuros, los que tienen patologías congénitas previas y los pacientes desnutridos.
Esta enfermedad es más frecuente en ambientes de fumadores y en bebés que no han sido amamantados.
Las principales medidas de prevención son ventilar los ambientes, lavarse frecuentemente las manos y evitar concurrir con bebés a lugares donde hay personas adultas enfermas con patologías respiratorias agudas.